No sé si soy yo la que se sube a diferentes vagones, o siempre viajo en el mismo, y lo único que cambia es el paisaje que contemplo a través de la ventana y los pasajeros que comparten trayecto conmigo. Bastantes son los que se apean un par de estaciones más allá de donde han subido, algunos continúan algo más lejos, y tan solo alguno(s) -cada cierto tiempo- decide(n) no bajarse y compartir asiento conmigo.
Todos dejan algo: olvidable y no olvidable. También se llevan consigo algo más de lo que traían.
Trenes que se cruzan a diario sin rozarse, tan solo una estela de aire dejan a su paso, algunos hasta sin aire te dejan.
Vagones que se desenganchan y cambian de vía, y hasta de dirección y trayecto.
La vida misma, ¿cierto?
Cártobas NicOh
No hay comentarios:
Publicar un comentario