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domingo, 16 de diciembre de 2012

"la primacía de la materia sobre el pensamiento" ~ man ray ~


Man Ray (Radnitzky, Emmanuel) concibe la fotografía como una verdadera proyección del pensamiento, como una imagen cada vez más conceptualizada, recorriendo en esto un itinerario paralelo al de su amigo y correligionario dadaísta Marcel Duchamp. El aspecto dadaísta y absolutamente rupturista con la visión tradicional que ofrecen sus fotografías encierra una aparente paradoja, pues él mismo, refiriéndose a ellas, habló del carácter netamente antiartístico de la fotografía, opinión reforzada en su escrito de 1937 «La Photographie n’est pas l’art». Pero, entiéndase que para los dadaístas «antiartístico» era todo aquello que se oponía al arte tradicional, convencional e inamovible del pasado, esto es, sólo la experimentación formal, el aspecto conceptual y el carácter transgresor frente a la concepción establecida garantiza la vitalidad y el dinamismo de una práctica artística. Man Ray lo argumentó de modo transparente: «Una forma de expresión sólo es capaz de evolucionar y de transformarse en la medida en que no es artística».






"Pinto lo que no puede ser fotografiado,
lo que viene de la imaginación o de sueños."
"Fotografío lo que no deseo pintar,
las cosas que tienen ya una existencia."

Man Ray









viernes, 14 de diciembre de 2012

"ectasy" ~ paul éluard ~ man ray ~

by Man Ray
Estoy ante este paisaje femenino
Como un niño ante el fuego
Sonriendo vagamente con lágrimas en los ojos
Ante este paisaje en que todo me emociona
Donde espejos se empañan donde espejos se limpian
Reflejando dos cuerpos desnudos estación a estación

Tengo tantas razones para perderme
En esta tierra sin caminos bajo este cielo sin horizonte
Hermosas razones que ayer ignoraba
Y que ya nunca olvidaré
Hermosas llaves de miradas claves hijas de sí mismas
Ante este paisaje donde la naturaleza es mía

Ante el fuego el primer fuego
Buena razón maestra

Estrella identificada
Y en la tierra y bajo el cielo fuera de mi corazón y en él
Segundo brote primera hoja verde
Que el mar cubre con sus alas
Y el sol al fondo de todo que viene de nosotros

Estoy ante este paisaje femenino
Como rama en el fuego.


Paul Éluard

Man Ray, "Les Mains Libres ~ Dessins illustrés par les Poèmes de Paul Eluard (Paris 1937).


viernes, 7 de diciembre de 2012

~ dora maar ~ "yo no fui la amante de picasso; él sólo fue mi amo"

"Autorretrato", Dora Maar, 1936.

Henriette Theodora Markovitch, más conocida como Dora Maar (1907-1997), artista plástica, pintora, fotógrafa y escultora francesa.
Dora Maar era una mujer muy independiente, nada convencional. Morena, alta, fuerte, de diálogo rápido y desenvuelto y voz grave; expresiones directas de carácter e inteligencia. De apariencia algo extravagante, usaba sombreros de la modista Elsa Schiaparelli y era dueña de unas manos impecables, rematadas en uñas pintadas de colores llamativos. Dora causaba sensación.
Vivió en Buenos Aires desde los 3 hasta los 16 años. En 1934 viaja a España, recorre la Costa Brava y visita Barcelona, una ciudad que la atrapó y de la que años después compartiría recuerdos con Picasso.
Inicia allí su etapa de fotografía social. Retrata la pobreza, la desesperación; algo diametralmente opuesto al glamour de sus fotos de moda. Poco después cambia de objetivo. Bataille le presenta a André Bretón y Dora Maar se adhiere al grupo surrealista, con el que comparte unos postulados que le vienen como anillo al dedo.

Quiere transformar el mundo, cambiar la vida, y participa entusiasmada con sus nuevos amigos. Por su cámara desfilan ellos y sus mujeres, retratados con una impresionante sensibilidad surrealista. Ubú, un monstruo ciego y suplicante, posiblemente un feo animal, se convierte en el ícono fotográfico del movimiento.
Picasso la conoce en 1936 en una mesa del café Deux Magots de París. Ella jugueteaba con una navaja. Hacía muescas en la mesa. A menudo se cortaba y la sangre brotaba a través de sus guantes negros con rosas bordadas. La escena causó tal impacto al pintor que inmediatamente quiso saludarla. Uno de sus amigos, Eluard, que la conocía, hizo las presentaciones. Picasso le habló en francés, pero ella respondió en español. Esa voz dulce, gutural y melancólica hablando el idioma de su niñez le hizo caer rendido a sus pies.
Se despidieron y él le pidió como recuerdo uno de aquellos guantes ensangrentados. A partir de entonces, Picasso la visitó a menudo e iniciaron una relación larga, intensa y apasionada. Siete años de vida en común en una de las épocas más dolorosas de Picasso. El estallido de la guerra civil en España, los horrores de la II Guerra Mundial y la ocupación de París, años en los que Dora Maar abrió nuevos campos a la actividad creadora de Picasso.

En agosto, meses después de su primer encuentro, Dora Maar fue invitada a pasar unos días en Saint-Tropez , en casa de su amiga Lise Deharme, miembro también del grupo surrealista, allí la visitó Picasso y allí se convirtieron en amantes. Una relación que no impidió que el pintor siguiera manteniendo contacto con la madre de su hija Maya durante todo el tiempo. Marie-Therésè sería su amante privada, mientras que Dora sería la pública.

Picasso empieza a dibujar a su amante. Dora conservó un dibujo del artista, fechado el 1° de agosto de 1936. En lápiz y tinta china, aparece ella, con abrigo y bolso, abriendo una puerta detrás la cual se encuentra un barbudo patriarca totalmente desnudo con su perro Kafbek en el regazo. A partir de entonces, Dora se convierte en una musa del pintor. Al principio de su relación, la imagen que pinta Picasso de Dora está llena de dulzura. Después, la torturará y la deformará creando una serie de mujeres llorando que han pasado a la historia de la pintura como uno de sus grandes períodos pictóricos.
En el cuadro del Guernica aparecen cuatro mujeres entre los escombros del bombardeo, todas con la boca abierta por un grito de terror, las cuatro mujeres son la misma, Dora Maar, la amante de Picasso en aquel tiempo. Hay un detalle añadido: los ojos del toro erguido en el ángulo izquierdo también son los de Dora Maar, que en la realidad eran de un azul pálido y algún psicoanalista lacaniano sabrá explicar el significado de un toro con ojos de mujer, que a su vez son idénticos a los del guerrero, cuyo cuerpo se halla destrozado en la base del cuadro.

Mientras el Guernica tomaba la forma definitiva, alrededor del lienzo se había establecido otra suerte de bombardeo, que causó una catástrofe amorosa. En el ático entró un día la dulce y paciente Marie Thérèse Walter y se enzarzó a gritos con Dora Maar. Con insultos que se oían desde la calle, le echó en cara el haberle robado a su amante, al que ella había dado una hija. A esta escena violenta de celos se unió Olga, la compañera legal, y mientras las tres mujeres gritaban, Picasso seguía alegremente pintando el Guernica, muy divertido. Esta reyerta explosiva se hizo famosa en el Barrio Latino. El día 26 de abril de 1937, cuando el cuadro ya estaba casi terminado, sucedió el espantoso bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor. En homenaje a esa villa bilbaína, donde se conservaban los símbolos de un pueblo vasco, Picasso tituló el cuadro con su nombre. A partir de ese momento el Guernica se convirtió en un cartel universal contra la barbarie.
La batalla la había ganado Dora Maar. Ese mismo verano de 1937 se les ve muy felices en las playas de Antibes en compañía de otros seres maravillosos, desnudos en sillones y hamacas, Nush y su marido Éluard, Man Ray y su novia Ady, bailarina de Martinica, Lee Miller y Rolland Penrose, Jacqueline Lamba y André Bréton. Jugaban a intercambiarse los nombres y las parejas a la hora de la siesta y el más vanguardista en el sexo también era Picasso, que, según contaba Marie Térèse, solía practicar la coprofagia con sumo arte.
John Richardson, biógrafo de Picasso y uno de los pocos amigos de Dora, recogió una frase genial de Maar: “Cuando Picasso cambia de pareja, cambia de estilo de pintura”.
Hundido tras conocer las noticias sobre la guerra civil española, sólo encuentra consuelo en su compañera. Lo comparten todo, hasta el estudio. Dora convence a Picasso y se trasladan a uno más grande, en la Rue des Grands Augustins , en París. Allí, lleno de cólera por los bombardeos alemanes sobre la población civil española, Picasso pintó el Guernica y Dora fotografió una por una las fases de la creación del cuadro en el que ella aparece como la mujer llorando que sujeta la lámpara. Su rostro refleja toda la soledad y depresión de aquella época.
En 1943 se produce un giro inesperado. Picasso conoce a François Gilot, 20 años más joven que Dora y 40 que Picasso. Dora Maar se consume por los celos. Siguieron viéndose esporádicamente hasta 1946, fecha en la que rompieron definitivamente. Picasso le regaló como despedida una casa en Ménerbes, en la Provenza francesa. Dora Maar, herida en lo más profundo, sufrió una grave depresión y tuvo que internarse en un hospital psiquiátrico. Picasso fue cruel, comentó que Dora siempre había estado trastornada: “La dejé por miedo. Dora ya estaba loca mucho antes de que enloqueciera de verdad”.
Cuando mejoró, Dora entró en una fase mística y se recluyó en su casa de París con sus recuerdos y las obras de Picasso. Murió en 1997, a los 90 años, dejando para la posteridad la frase lapidaria que define su relación con Picasso: "después de Picasso, sólo Dios".

"Portrait of Nusch Éluard" (Maria Benz), by Dora Maar.

"Dora Maar", by Man Ray (1936).

"Portrait of Dora Maar", by Picasso.


"Después de Picasso, sólo Dios", Dora Maar.