Entradas populares

Mostrando entradas con la etiqueta hermann hesse. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta hermann hesse. Mostrar todas las entradas

martes, 1 de enero de 2013

"demian" ~ hermann hesse ~


"Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo."

Demian

“...He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco ya en las estrellas ni en los libros: comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave ni armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y a sueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse más a sí mismos...” 

"Los sentimientos primordiales, incluso los más violentos, no iban contra el enemigo; su obra sangrienta tan solo era una irradiación de lo interno, del alma disasociada y dividida, que quería enfurecerse y matar, aniquilar y morir para nacer de nuevo."

“Lo que Demian había dicho sobre Dios y el diablo, (...), era exactamente mi propio pensamiento, mi propio mito, mi concepción de los dos mundos: el luminoso y el oscuro. El descubrimiento de que mi problema era un problema de todos los hombres, un problema de toda vida y todo pensamiento, se cernió de pronto sobre mí como una sombra divina, y me sentí penetrado de temeroso respeto al advertir cuán profundamente participaban mi propia vida y mi pensamiento personal en la corriente eterna de las grandes ideas.”

“Hay muchos caminos por los que Dios puede llevarnos a la soledad y conducirnos a nosotros mismos. (...) Hay sueños así en los que yendo hacia el palacio de la princesa encantada se queda uno atascado en un lodazal(...) Así me sucedió a mí, y tal fue el proceso nada bello que me estaba destinado cumplir para llegar a la soledad e interponer entre el paraíso de mi niñez y yo una puerta vedada. (...) Fue un comienzo, un despertar de la nostalgia de mí mismo.”

"Demian", Herman Hesse.



jueves, 6 de diciembre de 2012

"sobre una nube, para que nadie lo robe ni lo sepa, y siga su curso..." ~ demian ~ hermann hesse ~


"Y me contó la historia de un muchacho enamorado de una estrella. Adoraba a su estrella junto al mar, tendía sus brazos hacia ella, soñaba con ella y le dirigía todos sus pensamientos. Pero sabía o creía saber, que una estrella no podría ser abrazada por un ser humano. Creía que su destino era amar a una estrella sin esperanza; y sobre esta idea construyó todo un poema vital de renuncia y de sufrimiento silencioso y fiel que habría de purificarle y perfeccionarle. Todos sus sueños se concentraban en la estrella. Una noche estaba de nuevo junto al mar, sobre un acantilado, contemplando la estrella y ardiendo de amor hacia ella. En el momento de mayor pasión dió unos pasos hacia adelante y se lanzó al vacío, a su encuentro. Pero en el instante de tirarse pensó que era imposible y cayó a la playa destrozado. No había sabido amar. Si en el momento de lanzarse hubiera tenido la fuerza de creer firmemente en la realización de su amor, hubiese volado hacia arriba a reunirse con su estrella.
(...)
Las cosas que vemos son las mismas cosas que llevamos en nosotros. No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría.
(...)
Acostumbramos a trazar límites demasiado estrechos a nuestra personalidad. Consideramos que solamente pertenece a nuestra persona lo que reconocemos como individual y diferenciador. Pero cada uno de nosotros está constituido por la totalidad del mundo; y así como llevamos en nuestro cuerpo la trayectoria de la evolución hasta el pez y aún más allá, así llevamos en el alma todo lo que desde un principio ha vivido en las almas humanas. Todos los dioses y demonios que han existido, ya sea entre los griegos, chinos o cafres, existen en nosotros como posibilidades, deseos y soluciones. Si el género humano se extinguiera con la sola excepción de un niño medianamente inteligente, sin ninguna educación, este niño volvería a descubrir el curso de todas las cosas y sabría producir de nuevo dioses, demonios, paraísos, prohibiciones, mandamientos y Viejos y Nuevos Testamentos."



"Demian", Hermann Hesse.