Regreso a menudo a ella: a SHAME, como
también lo hago a lo que muchos tildarían de mis vergüenzas.
"No somos malas personas, solo
venimos de un mal lugar", pronuncia Sissy con un tono de
profunda tristeza.
Quién es nadie para juzgarnos, quién
es nadie para erigirse en juez y verdugo de nuestras acciones. De
nuestra forma de vida, de nuestros sentimientos, de nuestra sexualidad.
Ta vez sea el hecho de que en nosotros
ven el reflejo desnudo y descarnado de sus oscuras vergüenzas y deseos no confesados. Y
sienten el frío miedo recorriendo sus vértebras una a una,
instalándose bajo sus nucas. Su reacción no es sino señalarnos con
su dedo acusatorio, y estigmatizarnos cual apestados. Seres "no
normales", peligrosos para el resto de la sociedad.
Es nauseabundo, caníbal y
despreciable; como esta infame sociedad en la que vivimos. Mientras las cosas se caían a pedazos, nadie prestaba mucha atención. En la tragedia reside la catarsis.
Nadie puede redimirnos, sino nosotros mismos. Reconciliarse con el amor es un paso hacia la liberación, la nuestra.
SHAME, la película.
Llega y se queda.
Azul comienza, azul acero prosigue. Y
acero es el cable que se ancla en tu coxis y adquiere firmeza en la
base de tu nuca durante todo el metraje. Rigidez, seducción e
hipnosis, son los estadios que yo he transitado. Con los títulos de
crédito el cuerpo se relaja, y es entonces que reparas en el
reflejo de tu interior con el de Brandon. Vuestras vidas son
circulares, carentes de todo apego emocional, viviendo en la
realidad, mas sin integrarse en ella; esclavos y avergonzados de un
oscuro poder: el sexo carente de sentimientos. La bestia que ahuyenta
a la bella. Con un universo propio: perturbador, compulsivo y
doloroso. Lejano con tus semejantes, aun cuando tu presencia parezca
cercana. Y todo se desmorona y te encierra con una presencia, la que
te recuerda quién eres, de dónde vienes y que eres vulnerable.
Sissy es el resorte. Brandon es azul metálico, Sissy es dorado
cálido. El exterior y el interior. La suicida y el que adopta
comprotamientos suicidas. Cara y cruz de una misma
moneda. Una banda sonora llena de pulsiones y
compulsiones. Envolvente.