Si yo pudiera morder la tierra toda Y sentirle el sabor Sería más feliz por un momento.
Pero no siempre quiero ser feliz Es necesario ser de vez en cuando infeliz Para poder ser natural.
No todo es días de sol y la lluvia, Cuando falta mucho, se pide.
Por eso tomo la infelicidad con la felicidad Naturalmente, como quien no se extraña De que existan montañas y planicies De que haya rocas y hierbas.
Lo que es necesario es ser natural y calmado En la felicidad o en la infelicidad.
Sentir como quien mira Pensar como quien anda, Y, cuando se ha de morir, Recordar que el día muere Y que el poniente es bello Y es bella la noche que queda.
"Los miedos atacan con una regularidad que los vuelve sospechosos: hay miedos mensuales, miedos semanales, miedos diurnos y miedos nocturnos. Se presentan como si sólo estuvieran ahí para marcar el tiempo."
luz de jardín y soledad de campo; la placidez del sueño en el paisaje familiar soñado. Otros guardan las fiestas de días aún lejanos; figurillas sutiles que pone un titirero en su retablo...
Qué vanidad imaginar que puedo darte todo, el amor y la dicha, itinerarios, música, juguetes. Es cierto que es así: todo lo mío te lo doy, es cierto, pero todo lo mío no te basta como a mí no me basta que me des todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca la pareja perfecta, la tarjeta postal, si no somos capaces de aceptar que sólo en la aritmética el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte.
Y este fragmento:
La lenta máquina del desamor los engranajes del reflujo los cuerpos que abandonan las almohadas las sábanas los besos
y de pie ante el espejo interrogándose cada uno a sí mismo ya no mirándose entre ellos ya no desnudos para el otro ya no te amo, mi amor. Julio Cortázar