la solitude © Cártobas NicOh |
Tabulando la vida / Habitar en sus márgenes, lindes del camino. [ Cártobas NicOh ]
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miércoles, 2 de abril de 2014
lunes, 31 de marzo de 2014
miércoles, 5 de marzo de 2014
jueves, 27 de febrero de 2014
martes, 18 de febrero de 2014
{ la niebla en la madrugada de paris siempre huele a saTIe }
gnossienne foto: © Cártobas NicOh |
sí...
la niebla
en la madrugada
de París
siempre
siempre huele
a ti
[ ; ]
entre humedad
y piedra
muerden
mis noches
imbricando
la Gnossienne
pretérita...
Cártobas NicOh
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viernes, 14 de febrero de 2014
{ ¿hasta cuándo...? }
desarraigo foto: © Cártobas NicOh |
¿hasta cuándo...?
el precio de ser
estará pagado
y perdonado
dime...
¿hasta cuándo?
[;]
¿hasta cuándo...?
esta distancia
que es nada
y es páramo
dejará de separarnos
¿hasta cuándo?
[;]
¿hasta cuándo...?
podrás mantener
esta mentira
este vivir
dando zarpazos
¿hasta cuándo?
Cártobas NicOh
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miércoles, 12 de febrero de 2014
{ a ti }
la ciudad y los espectros.2 foto: © Cártobas NicOh |
A ti, que te escondes bajo las páginas de un libro,
solitario caminante de mis madrugadas insomnes.
Cártobas NicOh
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martes, 11 de febrero de 2014
jueves, 6 de febrero de 2014
{ septiembre }
sonata de otoño foto: © Cártobas NicOh |
El ritmo se instala de nuevo en la ciudad, en el barrio. Todo lo que había estado inanimado durante agosto va recuperando su pulso diario. Las vacaciones finalizan, el calor da sus últimos coletazos, las fiestas que se celebran ya son de despedida, y la gente regresa a sus lugares de origen cargada de maletas, algunos kilos de más, un extra de recuerdos, de experiencias y pellizcos en el corazón de algún que otro nuevo amor o desamor... Otro verano que se va, otro año que ha comenzado su descenso para llegar a destino, donde pasará el testigo al nuevo que ya está ahí, agazapado, a la espera de que su turno llegue para hacerse un hueco en la historia.
Es como estar en la cola del súper, esperando que corran los números hasta que aparezca el tuyo dentro de esa indiferente cajita digital, con sus puntitos de color rojo o verde, todos programados para que dibujen cifras, obedientes y sumisos, ellos.
Septiembre llama a la puerta. Su reinado es cuasi taumatúrgico. Las ganas de hacer y de emprender nuevos proyectos brotan frescas, arrolladoras, como los manantiales cuando rompen la tierra y manan salvajes abriéndose paso, despejando incertidumbres y días opacos agostados por la luz cegadora de una canícula tirana.
No sé si este ferviente deseo de que llegue septiembre viene dado porque agosto provoca en mí un sentimiento de total rechazo, desidia e inactividad impuestas por el terrible calor. No... es algo más.
Septiembre abre las puertas al otoño, mi estación predilecta. El otoño es una estación productiva: invita, más bien te empuja, a hacer cosas. Viene cargado de ilusiones y nuevos proyectos. El año debería terminar el treinta y uno de agosto y comenzar el uno de septiembre, sí, creo que debería ser así. Todos esos buenos propósitos de los que nos pertrechamos a lo largo del año para pronunciar con solemnidad (y con la silenciosa seguridad de que se quedarán en eso) el último día de diciembre y en cada uno de los doce mordiscos que damos a las uvas, seguro que alguno que otro traspasaría el umbral de la realidad si el año nuevo comenzase en septiembre.
Septiembre huele a tiza y encerado, a la inefable goma de borrar “MILAN”, a madera y grafito de lápices esperando morir sobre el papel, a imprenta y tinta que inundan nuestra pituitaria cuando abrimos los libros, acercamos curiosa la nariz y dejamos que las páginas, corriendo traviesas bajo nuestros dedos, nos aguijoneen con su inconfundible olor "a nuevo". A cuadernos con inquietas hojas blancas y en blanco, ansiosas por ser impregnadas de nuevos colores, nuevas sensaciones. A pegamento, incitador pegamento (“Imedio” o “Supergen”), daba igual la marca, lo de más era aquel olor que te seducía. Cierro los ojos, lo evoco y ahí está… el puñetero. Recuerdos deliciosos e ingredientes imprescindibles que acompañaban la vuelta a clase, a un nuevo curso, nuevas materias, nuevos conocimientos por adquirir y a tu lado, compartiendo pupitre, los mismos compañeros o casi los mismos. Profesores recién llegados, otros, viejos conocidos de años anteriores. Nuevos y viejos amores, nuevos y viejos sueños, nuevas realidades descubiertas, adolescencias que desbancan infancias.
Es el mes de novedades nostálgicas, de tardes tranquilas a la orilla de una taza de café, de baños templados de luz otoñal, de horas ocultas bajo las hojas que se desprenden de los árboles, de lecturas robadas al tiempo, de cálidos colores que se mastican, de voluptuosas texturas… eso es Septiembre, tiempo de golosas sensaciones, tiempo de redecorar el ático de tu vida.
Cártobas NicOh
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miércoles, 5 de febrero de 2014
{ la ciudad y las señales.1 }
la ciudad y las señales.1 foto: © Cártobas NicOh |
No sé dónde has enterrado nuestras conversaciones, nuestros momentos, nuestra amistad; quiero pensar que no han sucumbido en el abismo de tu desmemoria, sino que, de momento, reposan y envejecen como los buenos vinos, para tornarse sabios y cálidos a tu paladar y a tu corazón. El día que decidas descorchar la botella, mi voz será escuchada desde lo más profundo de tu ser, volverás el rostro hacia mí, y ahí estaré, esperando encontrarme contigo, con esa mirada que ahora me niegas, pero que sigue iluminando tu ausencia, nunca ha dejado de hacerlo. Esa es mi fe, la que impide que me hunda en el lodo de la desesperación.
Cártobas NicOh
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martes, 4 de febrero de 2014
miércoles, 15 de enero de 2014
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